" (...)
Mi padre estaba celebrando el fin de año con toda la familia en casa de Titi
Lola, los niños jugábamos fuera comiendo golosinas, estábamos en el callejón de
El Pilar, en La Montañeta de Tamaraceite, fue todo tan rápido, casi no los
vimos llegar, parecían fieras azules, solo sé que miré y vi como sacaban a mi
padre a golpes de máuser y patadas del patio donde estaba la mesa con la comida
y las bebidas, llevaba una herida enorme en la cabeza y cojeaba. Más abajo
había un camión de Los Betancores parado con el motor en marcha, lo
rodeaban varios falangistas y guardias civiles pistola y fusil en mano, arriba
entre los sacos que se usaban pa los racimos de plátanos había un montón de
hombres, casi no cabían, todos apretados unos contra los otros y las manos
amarradas a la espalda con soga de pitera, algunos eran conocidos de los
barrios de la Carretera de Teror y Arucas, solo distinguí a Manolillo Dieppa el
novio de Rosarito Amador.
La fiesta se interrumpió para siempre, en el suelo
había sangre, él me miró un momento, solo alcanzó a decirme:
– Tranquilo, ve con
tu madre, pronto regresaré, estos hombres me traerán de nuevo – Fue la última
vez que lo vi, supimos al día siguiente que lo llevaron a la comisaría de Luis
Antúnez, donde llevaban a muchos detenidos pa torturarlos, de allí se sabía que
a los que no ahorcaban o colgaban por los ojos con ganchos de hierro los
llevaban pa desaparecerlos a la Marfea, a la Sima de Jinámar, a la finca de La
Noria del Conde en Bocabarranco, al barranco de Silva en Telde o a los pozos de
los barrancos de Guiniguada o Guayadeque. Eran tantos sitios de exterminio
donde llevaban a los hombres aquellos hijos de puta que nunca supimos donde
podía estar mi padre y el novio de Rosarito.
Se me quedó grabado a fuego pa
siempre ese fin de año del 36, todavía brindamos esa noche, ahora con mis hijas
y nietas por la memoria de Agustín León Torres, mi padre, jornalero de
profesión, al que se llevaron con solo 25 años. ”
Fragmento
de la entrevista extraída del trabajo de investigación de Francisco González
Tejera, sobre la represión franquista en Canarias, realizada en julio de 1998
en el barrio de El Toscón, Gran Canaria, a Salvador León Tejera, hijo de
desaparecido.
Imagen: Pintura "Aquelarre" 1969 (Equipo Crónica) |
Ni olvido, ni perdón.
ResponderEliminar