Cuando varios pistoleros de la Guardia Civil asesinaron a Javier
Fernández Quesada en la entrada de la Universidad de La Laguna, la noticia
llegó como una tormenta al Instituto donde estudiaba en Las Palmas GC,
enseguida montamos una asamblea en plena calle, eramos cientos de jóvenes, en
su mayoría menores de edad, que indignad@s contemplábamos otro nuevo crimen de
estado del régimen español. Sabíamos que aquella democracia era un nuevo
montaje de los mismos que estuvieron 40 años robando y asesinando al pueblo
trabajador.
Recuerdo que enseguida salimos a la calle Tomas Morales y bloqueamos
el tráfico, movimos los contenedores, tiramos bolsas de basura en la vía
pública y acumulamos piedras, mientras los grises empezaban a dar palos y hacer
detenciones masivas. Eramos tan frágiles aunque no lo pareciera, nos movían
tantos sueños, estábamos casi tod@s, casi nadie se quedaba en clase al pábulo
de algunos profesores fascistas. Javier nos marcó parte de nuestras vidas, como
nos alzó el corazón el anterior asesinato de Bartolomé García Lorenzo a manos
de la policía española.
Los asesinos de ambos
murieron impunes en sus camas, hasta hace pocos años el gobernador civil que
probablemente junto al Ministro del Interior, el fascista Martín Villa, ordenó
disparar a sus esbirros policiales era diputado de Coalición Canaria en el
Parlamento Español. La absoluta impunidad sirvió para que el estado tapara todo
ese baño de sangre joven, ni una investigación, ni una mínima depuración de
responsabilidades. Así funciona España, por eso seguimos con más de 120.000
luchadoras y luchadores por la democracia en fosas comunes y cunetas.
Nosotr@s salimos a las calles
aquel 12 de diciembre de 1977, derramamos lágrimas de indignación y tristeza,
fuimos brutalmente apalead@s por los mismos que dispararon contra Javier y
Bartolomé.
La lucha sigue, la sangre derramada seguirá definiendo nuestros principios, de nuevo estamos más sol@s que nunca, el único camino es la resistencia hasta la victoria.
La lucha sigue, la sangre derramada seguirá definiendo nuestros principios, de nuevo estamos más sol@s que nunca, el único camino es la resistencia hasta la victoria.
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