Mientras muchos niños se entretenían jugando a fusilar en el franquismo, mi padre víctima directa de esta dictadura tras fusilar los fascistas canarios a su padre y asesinar a su hermano el bebé Braulio, estudiaba el mundo de los hierros, las máquinas y la cerrajería, luego cuando yo nací me hacía para Reyes este tipo de regalos como esa grúa que todavía funciona a la perfección.
Diego González García, nunca sintió rencor, ni odio, solo quería justicia con sus muertos, con los cientos de miles de asesinados por el fascismo en toda España. Esa grúa simboliza su legado, el del amor a la vida, a todos los seres y su empeño en que ninguna niña, ningún niño sufriera lo que el sufrió.
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