miércoles, 29 de enero de 2020

Génesis

112 carnes de diferentes especies de animales vivos se podían adquirir hasta hace unas semanas en el mercado de Wuhan, seres que hacía solo unas horas disfrutaban de su libertad en cualquier bosque chino o de los países vecinos, capturados por furtivos para suministrar el mercado carnívoro del gigante asiático. Animales asustados al verse atrapados, reducidos en horribles jaulas sin casi movilidad, viendo como miles de personas les observan buscando la mejor carne fresca del día, a expensas de que si los "eligen" ser despellejados en la misma vía pública por los cortes certeros del cuchillo del carnicero.
Sería paradójico que la especie humana se extinguiera por el maltrato al que sometemos a nuestros compañeros de viaje por el cosmos, por los virus que desarrolla el propio miedo, el dolor, el sufrimiento, el estrés, la tristeza de perder la libertad. Tenemos tanto que aprender que aunque desarrollemos filosofías que avancen hacia la fraternidad, no respetemos la libertad de nuestros hermanos de planeta. Tal vez todo sea un montaje más para vender vacunas desde el imperio a gobiernos sicarios como los europeos, de no ser así una pandemia se avecina, no se sabe el resultado ni lo que sucederá, el caso es que siguen muriendo millones de seres humanos de hambre, de sed, de enfermedades curables cada día en el mundo, noticias que no son tan "importantes" para los medios de comunicación.
Tal vez el fin se acerca y no nos estamos enterando, que todos esos animalitos con sus ojos tristes tras los barrotes si lo sepan, igual el comienzo de un nuevo mundo sin humanos, donde quizá no quede nada del mono sabio, ni siquiera las oxidadas llaves de los grilletes.
Imagen: Zorros, salamandras, pavos reales, ratas, cachorros de lobo, koalas, cocodrilos y puercoespinos eran vendidos en el mercado de Wuhan. Foto: La Razón.

1 comentario:

  1. Génesis, el título define la situación perfectamente. Como dices al final del texto, el fin se acerca y no nos estamos enterando, por nuestra soberbia y endiosamiento. Los animales lo saben. No tengo muchas esperanzas en que los seres humanos cambiemos. Tenemos los días contados...aunque hay que intentarlo. Un abrazo.

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